Templos y construcciones

Jesuitas en Argentina


Una parte importante de la historia de la provincia de Córdoba está estrechamente vinculada a la presencia de los jesuitas, quienes llegaron a lo que es hoy la capital allá por el año 1599.
La Compañía de Jesús, fundada por Ignacio de Loyola y confirmada por el Papa Paulo III en 1540 estaba conformada por misioneros formados, además de las ciencias teológicas, en otras ciencias tales como las exactas y naturales.
Los jesuitas conformaron un grupo misionero que expandió su actividad en Asia, África y América destacándose en la fundación de colegios y universidades sin descuidar el proceso de evangelización de los pueblos originarios.

En América la compañía concretó su labor entre los años 1.585 hasta su expulsión en 1.767.


Estancias Jesuíticas en Córdoba - Argentina

Las instituciones religiosas y educativas fundadas por la Compañía de Jesús necesitaban estar sostenidas por diversos insumos, para lo que se pusieron en marcha proyectos productivos denominados estancias. 
En la provincia de Córdoba estos emprendimientos productivos generaban materia prima relacionada a la actividad agrícola y ganadera. Pero la importancia de estas obras se reflejó en las imponentes obras de arquitectura  que caracterizaron al período colonial del país.
La impronta arquitectónica de las estancias mantenía un modelo ya adoptado en la época en Europa: una iglesia, claustros para residencia de los misioneros, talleres y vivienda para los aborígenes.



Hoy es posible visitarlos y muy pocos días son necesarios para realizar el recorrido que nos llevarán a descubrir estos tesoros arquitectónicos que fueron declarados Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en el año 2.000.

Los jesuitas abrieron cinco importantes estancias en la provincia:
  • Alta Gracia
  • Jesús María
  • Caroya
  • Santa Catalina
  • La Candelaria
Pero el más emblemático conjunto edilicio que la orden construyó es el que se denomina actualmente como La Manzana Jesuítica (también conocida como Manzana de las luces). Es un enclave urbano ubicado en pleno centro de la capital de la Provincia de Córdoba y que comprende a: la Iglesia de la Compañía de Jesús, la Capilla Doméstica, el Colegio Máximo (hoy Colegio Nacional de Monserrat) y la Biblioteca Mayor hoy también sede de la Universidad Nacional de Córdoba.

El camino de las estancias

Diversos paquetes turísticos se ofrecen para conocer estas construcciones que están enmarcadas, además, por sierras, ríos, arroyos, todos paisajes naturales característicos del corazón del país.
En el mapa pueden acceder a su geolocalización y visualizar algunas imágenes.



Alta Gracia

Se ubica en el centro de la cuidad homónima, frente a la plaza principal, a 36 km. de la ciudad de Córdoba, por la ruta provincial 5. Su origen se remonta al año 1643.
La principal actividad de la estancia fue la producción textil, la agricultura y la cría de ganado mular que en esos tiempos era el principal medio de transporte de cargas desde y hacia el Alto Perú y las otras estancias de la compañía.
El conjunto arquitectónico se destaca por su tajamar. Actualmente también es sede del Museo Nacional "Casa del Virrey Liniers".

Jesús María:


Esta estancia, que data de 1618, se convirtió en el segundo núcleo productivo de la Compañía de Jesús, se caracterizó por la vitivinicultura y que aún hoy identifica a la zona.
Se encuentra al noroeste de la planta urbana de la ciudad de Jesús María, a 48 kilómetros al norte de la ciudad de Córdoba por ruta nacional 9. 
Es sede, en la actualidad del Museo Jesuítico Nacional.

Caroya:
Ubicada en el sector oeste de la planta urbana de la ciudad de Colonia Caroya, a 44 kilómetros al norte de la ciudad de Córdoba por ruta nacional 9.
Es el primer emprendimiento rural fundado por los jesuitas en el año 1616. Luego entre 1814 y 1816 fue utilizada como fábrica de armas para el Ejército del Norte y como posta del Camino Real, durante las guerras de la independencia nacional.


Santa Catalina:
Santa Catalina fue fundada en 1622, en el mismo año que la actual Universidad Nacional de Córdoba, y es la más grande de todas las estancias jesuíticas declaradas Patrimonio Cultural de la Humanidad. Su iglesia es uno de los mejores ejemplos del llamado "barroco colonial".

La Estancia fue un importante centro de producción pecuaria (con miles de cabezas de ganado vacuno, ovino y mular), además del obraje con sus telares, herrería, carpintería y sus dos molinos.
Se halla en un paraje rural a unos 20 kilómetros al noroeste de la ciudad de Jesús María, a 70 kilómetros de la ciudad de Córdoba por ruta nacional 9 hasta Jesús María y luego por camino provincial secundario.

La Candelaria:
Ubicada en el departamento Cruz del Eje, al noroeste del territorio provincial, aproximadamente a 220 kilómetros de la ciudad de Córdoba por ruta nacional Nº 38 y a 73 kilómetros de la ciudad de Cruz del Eje.
En la estancia la producción no variaba demasiado de las otras de la compañía, pero se caracterizaba por la mano de obra ocupada ya que se componía mayormente de esclavos negros, debido a que los habitantes de los pueblos originarios de la zona se resistían a la colonización. Es por ello que la construcción se asemeja más a un fortín.



Esta estancia se encuentra en el departamento Cruz del Eje, al noroeste del territorio provincial, aproximadamente a 220 kilómetros de la ciudad de Córdoba por ruta nacional Nº 38 y a 73 kilómetros de la ciudad de Cruz del Eje.





El legado


Los jesuitas estaban empeñados en desarrollar además una amplia acción cultural. Es por ello que en lo que es hoy la denominada Manzana Jesuitica levantaron varias construcciones donde se albergó, en ese momento, el denominado Colegio Máximo. Dicha obra fue ampliándose con el paso de los años para convertirse en una de las primeras universidades de América. Fundada en 1613.

La ciudad de Córdoba adopta el título de La Docta ya que aquí se albergó durante más de dos siglos la única casa de altos estudios del país.


El patrimonio es el legado que hemos recibido del pasado, lo que vivimos en el presente y lo que transmitimos a las futuras generaciones. Todos los países tienen sitios y monumentos de interés local o nacional, pero para que sea considerado "patrimonio mundial" es necesario que, además, posea un "valor universal excepcional".





Fuentes consultadas:

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